Investigadores rusos acaban de descubrir una base secreta nazi en el Ártico, mostrando otra forma en la que la Segunda Guerra Mundial hizo una huella en nuestro planeta.
Conocido como Schatzgräber, o "Cazador de tesoros", la base era una estación meteorológica destinada a apoyar los esfuerzos nazis en el Ártico. La región era una ruta de convoy crucial para las tropas aliadas, con más de 1.000 buques mercantes estadounidenses, canadienses, franceses y británicos que entregaban suministros a la Unión Soviética bajo el programa de Préstamo-Arrendamiento. Schatzgräber fue construido para ayudar a las patrullas alemanas a que obstaculizaran y hundieran los convoys.
Las condiciones en Schatzgräber, a sólo 620 millas del Polo Norte, fueron brutales. Durante su funcionamiento en 1943, la estación tuvo que ser abandonada al año siguiente cuando su tripulación fue envenenada con oso polar crudo que tenían que comer debido a la escasez suministros.
¿Qué se buscaba en el ártico?
Gran parte de la historia de Schatzgräber se basa en el mito: la estación salió a la luz por primera vez en los registros de un libro alemán de 1953, pero hasta ahora no se había encontrado ninguna evidencia. Entonces hay ese nombre. Mientras que "Cazador de tesoros" podría razonablemente interpretarse como un ataque a los convoyes aliados, algunos creen que la estación cumplió un doble propósito como base para el estudio arqueológico nazi, en busca de artefactos nórdicos con fines de propaganda.
La teoría tiene cierta base en la realidad. El gobierno nazi promovió vigorosamente la arqueología como un medio de propaganda, y bajo la dirección de Heinrich Himmler el programa se volvió cada vez más dedicado al ocultismo. Una investigación alemana de 1938 sobre Islandia fracasó, pero demostró que el gobierno creía que el Ártico era crucial para su trabajo de propaganda. Por desgracia, no se encontraron martillos de Thor ni portales a Dios en Schatzgräber. Más bien, el clima helado de la isla ha mantenido zapatos, latas de gas, balas, búnkeres arruinados y un lote de documentos en papel.
Se necesitará un análisis más profundo de esos documentos antes de poder formular declaraciones definitivas sobre la naturaleza de Schatzgräber.
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