La actual "Estación Espacial Internacional" (ISS de sus siglas en inglés) nació del programa espacial "Freedom" desarrollado por EEUU. En 1984, en su mensaje sobre el estado de la nación, el presidente Ronald Reagan estableció, oficialmente, la intención de desarrollar una estación orbital permanente, que después se conocería como Estación Espacial Freedom.
Se invitó a países como Canadá, Europa y Japón a unirse a este proyecto y los acuerdos llegaron con la Agencia Espacial Canadiense (CSA) y la Agencia Espacial Europea (ESA) en septiembre de 1988, y con el gobierno de Japón (GOJ) en marzo de 1989. Sin embargo, en respuesta a sucesivas restricciones presupuestarias y protestas sobre una estructura administrativa inmanejable, la administración de la presidencia y el administrador de la NASA Dan Goldin, pidieron un rediseño de la estación en un plazo comprendido entre primavera y verano de 1993.
Se desarrollaron tres alternativas para el programa espacial, de las cuales fue escogida la primera, bautizada por Clinton como Estación Alfa, una versión simplificada del proyecto Freedom. Esta opción se convirtió posteriormente, en la Estación Espacial Internacional (ISS), en la que recaen los esfuerzos que la NASA está dedicando actualmente.
Las condiciones que se establecieron para el desarrollo de la Estación incluyeron:
el empleo de la mayor parte posible de hardware y sistemas ya desarrollados para la estación Freedom (aproximadamente el 75% de sus diseños fueron incorporados para el programa de la ISS) el continuo compromiso de todas las compañías internacionales en el proyecto y un diseño que pudiera ser implementado dentro de estrictas restricciones presupuestarias
El 20 de noviembre de 1998 se lanza el modulo ruso Zarya
En septiembre de 1993, se construyó un plan de desarrollo del programa (PIP) pensado para la nueva ISS. El PIP fue coordinado con el acuerdo de todas las partes comprometidas en aquel momento. Sobre este plan, la NASA alcanzó una resolución con el gobierno y el congreso de los EEUU, por el cual, la ISS sería desarrollada con un presupuesto de $2.1 billones por año, hasta un total de $17.4 billones. Por su parte, la NASA se comprometió a que el proyecto se desarrollaría con los $2.1 billones anuales, sin necesidad de presupuestos adicionales que pudieran surgir. A cambio, el programa no sufriría otros posibles rediseños. La administración y el congreso aceptaron.
Mientras tanto las negociaciones entre los gobiernos de EE.UU. y Rusia continuaron sobre el tema de la cooperación, una vez superado el final de la guerra fría. En el proceso de esta negociación se sugirió la participación por parte de Rusia en el programa de la estación espacial. El 6 de diciembre de 1993 se formuló una invitación oficial a Rusia para participar como un miembro más en el proyecto espacial y, poco más tarde, Rusia aceptó la invitación conjunta de Japón, Europa y Canadá.
Con el propósito de supervisar estos acuerdos, la agencia norteamericana formó una nueva oficina para este nuevo programa, situada en el Centro Espacial Johnson. Actualmente en el proyecto de la ISS trabajan 16 países: EEUU, Canadá, Rusia, Japón, Italia, Bélgica, Holanda, Dinamarca, Noruega, Francia, España, Alemania, Gran Bretaña, Suecia, Suiza y Brasil.
El 20 de noviembre de 1998, un cohete ruso Protón colocó en órbita el primer módulo de la futura ISS, el módulo ruso Zarya, diseñado para dotar a la Estación de la energía y propulsión iniciales. Poco después se le unió el Nodo 1 (Unity). Otros módulos vinieron después y la primera tripulación permanente llegó en el año 2000. El viaje continúa...
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