Evolución Tecnologica

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20 de mayo de 2013

EE.UU. producirá en 2018 tanto petróleo como Arabia Saudita

Roca de Shale Oil
La Agencia Internacional de la Energía asegura que la revolución del shale oil se sentirá más rápido que lo esperado. La OPEP perderá su gran poder de lobby y Medio Oriente será menos importante. Para Venezuela puede ser catastrófico.

Si ya no quedan dudas de que la transformación de China en uno de los mayores compradores de commodities agrícolas y minerales del mundo generó, a fines del siglo XX, un profundo cambio de paradigma en el comercio internacional, que EE.UU. se esté por convertir en uno de los principales productores de crudo del mundo (cuando históricamente ha sido el mayor importador mundial) también va a provocar un más que significativo cimbronazo en los intercambios comerciales a nivel global.

Según el último informe de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), en tan sólo cinco años (para 2018) la mayor potencia económica mundial habrá logrado aumentar su producción de tal manera que dejará de ser el primer importador para alcanzar a Arabia Saudita (el mayor productor de crudo del mundo) en cantidad de barriles producidos diariamente (12 millones).

El secreto de este verdadero milagro económico se llama shale oil y shale gas, términos en inglés que describen las técnicas empleadas en los yacimientos de petróleo y gas no convencionales que se extraen de la roca y que serán los responsables de modificar profundamente la matriz energética mundial actual.

EE.UU. ha hecho punta en esta nueva tecnología extractiva (iniciada en 2007), que también tiene a la Argentina como uno de los grandes jugadores de las próximas décadas, si el país sabe aprovechar la oportunidad (y no la dilapida como tantas otras veces).

?Estados Unidos ha activado un shock de oferta que tendrá repercusiones en todo el mundo. La buena noticia es que esto contribuirá a moderar las tensiones que existen en el mercado desde hace muchos años?, afirmó Maria van der Hoeven, directora ejecutiva de la AIE, en la presentación del informe. De acuerdo con el organismo, EE.UU. incrementará su producción en los próximos cinco años en 3,9 millones de barriles de crudo (cerca del 30% de su capacidad productiva), lo que le permitirá abastecerse en dos tercios de su demanda total (hoy sólo cubre la mitad).

?Esto tendrá un impacto tan importante como el despegue de la demanda china de estos últimos 15 años?, sostiene el informe sobre perspectivas a mediano plazo.

Cambio de paradigma

Para quienes han seguido de cerca los vaivenes del mercado mundial del crudo en estos últimos 40 años, la noticia de la llegada de EE.UU. al selecto club de los grandes productores pone patas para arriba a todo lo conocido hasta ahora.

De hecho, la mayoría todavía se encuentra englobada dentro de la OPEP, poderoso cartel de países exportadores que en más de una ocasión ha reducido la oferta mundial por motivos políticos, como por ejemplo en 1973, cuando provocó la primera crisis mundial del petróleo como reacción al apoyo de Occidente a Israel durante la Guerra de Yom Kippur, en contra de sus vecinos árabes.

Sin ir más lejos, que EE.UU. reduzca tan abruptamente sus importaciones energéticas va a modificar el poder de lobby de la OPEP (desde el punto de vista geopolítico, las prioridades estratégicas de EE.UU. en Medio Oriente también se van a alterar, puesto que la región dejaría de ser su mayor proveedor) y por lo tanto puede llegar a afectar la volatilidad histórica en los precios del barril de crudo (que en 2008 llegó al récord histórico de 147 dólares).

De acuerdo con un informe publicado el año pasado por la consultora internacional Alpha Value, el impacto del shale podría desbarrancar el actual precio (en alrededor de 100 dólares el barril) hasta los 50 dólares, lo que provocaría un verdadero contrashock petrolero mundial.

Para países como Venezuela, que hoy padece un severo desabastecimiento de productos básicos y que debe importarlos con los ingresos de sus exportaciones de crudo, que estos ingresos se reduzcan a la mitad puede llegar a ser catastrófico.

De hecho, la AIE predice un verdadero ?efecto dominó? a raíz del incremento en la oferta mundial. Sin arriesgar estimaciones de precios futuros, el informe sí anticipa la necesidad de que las compañías petroleras revisen sus estrategias de inversión, puesto que la llegada del shale va a ?alterar la manera en que el crudo será transportado, almacenado y refinado?.

Según la AIE, el cambio de paradigma no sólo se dará por un incremento de los volúmenes producidos, sino también por ?la calidad del petróleo extraído? (ligero y fácil de refinar) y el hecho de que ?este boom de producción se dará en una de las economías más desarrolladas?. También echa por tierra todas las teorías alrededor del agotamiento de las reservas convencionales de petróleo, del pico de producción, de la rentabilidad de las energías limpias y demás evaluaciones que se han venido haciendo respecto del impacto que representaría el fin de los hidrocarburos como motores de la economía mundial.

Fuente : El Cronista
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1 comments :

  1. je je me lo creí. por dios es solo un sueño, siempre dependerán del petroleo de Venezuela.

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