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17 de diciembre de 2013

¿Por que valoramos tanto el oro?

Es un misterio por qué, entre todos los elementos químicos, este metal casi completamente inerte, cuyo uso industrial es limitado, llegó a ser tan valorado

La actitud de los seres humanos frente al oro es extraña. Químicamente, no es interesante: a duras penas reacciona con otros elementos. No obstante, de los 118 elementos de la tabla periódica, el oro es el que hemos tendido a escoger como moneda de cambio… ¿por qué?

¿Por qué no osmio o cromo o helio… o quizás seaborgio?

No soy el primero en preguntarlo, pero lo estoy haciendo desde uno de los más lugares más irresistibles para hacerse esa pregunta: la extraordinaria exposición de artefactos precolombinos del Museo Británico.
Fue ahí donde me encontré con Andrea Sella, profesor de química del University College de Londres, al lado de una exquisita pechera de oro puro martillado.
Sacó una copia de la tabla periódica. “Algunos elementos son fáciles de descartar”, me dice, haciendo un gesto hacia el lado derecho de la tabla. “Aquí tenemos los gases nobles y los halógenos. Un gas nunca va a servir como moneda. No es práctico cargar pequeñas ampollas de gas“.
“Además no tienen color: ¿cómo va a saber uno qué es?” Los dos elementos líquidos (a temperatura y presión ambiente) -mercurio y bromo- también serían poco prácticos. Además ambos son venenosos, la cual no es una cualidad que se aprecia en ningún tipo de monedas. Por la misma razón, podemos descartar el arsénico y varios otros.